miércoles, 26 de noviembre de 2008

EN EL BOSQUE EN PRIMAVERA KARL MARX ENCONTRO LAS CONTRADICCIONES ECONOMICAS EN EL MATERIALISMO DIALECTICO E HISTORICO EL CHE GUEVARA SE VOLVIO ROMANCE

09 octubre, 2007 El Che y Moievazen En un intercambio epistolar cibernético, a raíz de un comentario dejado en mi blog de lecturas por Moisés Evaristo Orozco Leal, quien escribió el prologo del hermoso poemario Cantos a Jenny de Carlos Marx, que comenté a mediados de febrero para estar a tono con la cursilería del día del amor, me he enterado que el prologuista fue amigo de Ernesto Guevara de la Serna. Aquí comparto lo que me platica de su relación con el que fuera Comandante de la Revolución Cubana y Guerrillero Heroico, asesinado por el ejército de Bolivia y la CIA, hoy hace cuarenta años, muerto por llevar a la acción sus ideales. Al Che lo conocí cuando los dos regresábamos de Chile de una reunión de Juventudes Democráticas en Santiago. La represión de los carabineros se volvió contra todo aquel que a ellos les pareciera comunista, anarquista o socialista, y los mataban poniéndoles un sello en la cara como comunistas agitadores basados en la Ley de Defensa de la Democracia, mediante la cual se prohibía la existencia del Partido Comunista. Esta ley sería conocida como "la ley maldita". Al mismo tiempo, reprimió con violencia las protestas sociales (en particular las de los mineros) y rompió relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y los demás países del "bloque oriental". Y los jóvenes democráticos invitados tuvimos que salir clandestinamente, escondidos en camiones mineros pasando los Andes, hasta llegar a Argentina y de allí en el Ferrocarril de Santa Fe. Encontré al Che sentado son sus botas cordobesas, sentado esperando que partiera el Ferrocarril de Santa Fé. Yo tenía casi 20 años y el Che era 2 años mayor. Me invitó a su casa en Córdoba y ahí jugamos rugby. Yo había llegado representando a los estudiantes universitarios de México, pues participaba en la huelga por la dignidad universitaria. De vuelta, nos encontramos en Perú, yo trabajaba para la B. F. Goodrich peruana como técnico, montaba un Banbury 11", dos molinos de 84" para mezclar el hule, se estaba ampliando la fábrica de llantas y un técnico mexicano era mas barato que un gringo. Dí una conferencia en la Universidad de Lima, en la Facultad de Ingeniería, sobre Seguridad, Higiene, Riesgo Profesional y Medicina del Trabajo. Allí llegó el Che a cuestionarme, él iba a viajar por el Amazonas partiendo de Perú y me dijo que como era posible que un mercenario de una compañía gringa estuviese hablando de seguridad, y le dije “vos tenés que poner tus conocimientos en la práctica, dejá de andar de vagabundo y de redentor”. Yo cumplo con mi trabajo, con mi profesión y les doy conocimientos de la carencia de leyes para proteger a la clase obrera. Le compré un traje blanco de Lino, muy bueno, y los acompañé (a él y a su amigo) hasta el embarque, platicamos algunas cosas y le dije: Si querés conocer un movimiento revolucionario orienta tu destino hacia Guatemala, allá van a necesitar de tus conocimientos. Cuando a Guatemala lo invadieron (en 1954 la CIA auspició al ejército para derrocar al Presidente Jacobo Arbenz e instaurar una dictadura), yo pedí en la Euzkadi tres meses de vacaciones acumuladas como año sabático, y allá nos encontramos con el Che y combatimos y no nos rendimos hasta que se nos acabó el parque. Entrando a México, yo incorporándome a mi trabajo y ellos en calidad de asilados. Yo seguí trabajando y participé en la huelga de la Goodrich. Fuimos despedidos de ella por no ser mercenarios Juan Nepomuceno Pérez Rulfo, Melbi y Héctor Eternok. Y de ahí seguí trabajando en todas las huleras de México, mi capacidad técnica y mis conocimientos científicos sobre el proceso me ayudaron. La industria hulera me llevó a la Goodrich cubana, antes de que ellos se volvieran leyenda y ante ese proceso de rebeldía antibatistiana, pero esto lo estoy guardando para un documento aparte. Fui muy amigo de José Antonio Echeverría Bianchi (Manzana), del Directorio Revolucionario 13 de marzo de la FEU, el que fue asesinado al pie de la escalinata de la Universidad de Cuba, él era no sólo mi amigo sino que era en teoría la gente que me daba espacio para hablar en conferencias sobre Seguridad e Higiene Laboral. No me tocó estar el día del triunfo, pero una noche conté 59 bombazos. La Goodrich me regresó a México en un avión donde traslado a sus empleados de confianza. Nos vimos varias veces con el Che en distintos lugares. Conocí al Coronel Bayo, vivía en la Country Club, en el mismo lugar vivía el Santo Enmascarado de Plata, y de ahí mi afición al cine. En México he sido hasta vendedor ambulante. Soy un mito. He viajado por el mundo, donde menos se imagina la gente he estado y escribo con Zenaydita anécdotas y todo lo que es posible contarse. La última vez que toqué piano fue en la casa de Hilda Gadea en La Habana, me escuchaba Hildita Guevara Gadea. Gracias por las preguntas pero yo me digo marciano, no por los poemas de Karl Marx, sino porque llegué del planeta rojo.
Fotografía que me tomó el CHE en San Juan de Letrán. Me acompañaba Juanito Rossi 1 comentarios: A las 11/10/07 15:28 , Alba ha dicho... Siempre que leo algo sobre El Che no puedo dejar de pensar si ha sido el mas puro idealista de los revolucionarios contemporáneos. Es fascinante su lucha, su vida y siento pena concluir que la escencia de su ideología no puede ser alcanzada por ningún político actual.Ningún extremo es sano; ni neoliberalismo ni recalcitrante socialismo, eso agradeceríamos los pueblos. Para Sajorín del Monte: EL ORIGEN DE LA FAMILIA El origen de la familia y de la propiedad privada, es un documento que debes de leer. cuando te obsequié el diccionario de marxismo, era para que fueras leyendo de uno en uno cada uno de los terminos. el te iria abriendo el conocimiento universal. Todo está ahí, pero hay que seguir investigando porque es un diccionario y no una enciclopedia. La enciclopedia es un tema universal. Los enciclopedistas. El término enciclopedista tuvo su origen cuando se usó para nombrar al grupo de intelectuales, científicos y artesanos franceses que colaboraron en el siglo XVIII en la producción de la L'Encyclopédie. Hoy en día es usado como término general para nombrar a personas que ayudan a escribir una enciclopedia. EL ORIGEN DE LA FAMILIA,LA PROPIEDAD PRIVADAY EL ESTADO Por Federico Engels El libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado fue escrito por Engels en dos meses: desde fines de marzo hasta fines de mayo de 1884. Al revisar los manuscritos de Marx, Engels descubrió un guión detallado del libro del científico progresista norteamericano L. H. Morgan Ancient Society ("La sociedad antigua"). Marx lo había hecho en 1880-1881, acompañándolo de gran número de notas críticas y opiniones propias, así como de suplementos tomados de otras fuentes. Al tomar conocimiento del guión y convencerse de que el libro de Morgan confirmaba la concepción materialista de la historia que Marx y él habían elaborado y sus concepciones de la sociedad primitiva, Engels estimó necesario escribir un trabajo especial, utilizando en vasta escala las observaciones de Marx, así como algunas conclusiones y datos concretos FEDERICO ENGELS 1870 del libro de Morgan. Engels consideraba que eso sería "en cierto grado un cumplimiento del testamento" de Marx. Al escribir el libro, Engels se valió de numerosos y variados datos suplementarios tomados de sus investigaciones en problemas de la historia de Grecia, Roma, la antigua Irlanda, los antiguos germanos, etc. En 1890, al haber reunido más datos sobre la historia de la sociedad primitiva, Engels emprendió la preparación de la cuarta edición del libro, que apareció en Stuttgart en 1891. Al realizar este trabajo, estudió las publicaciones más recientes y, en particular, los trabajos del científico ruso M. Kovalevski, introdujo en el texto inicial muchas enmiendas y modificaciones, como también adiciones considerables, sobre todo en el capítulo de la familia. La visión de Karl Marx que esta contemplado en la Gaceta Renana, es donde se inicia la contradicción del idealismo histórico al Materialismo Histórico, y Dialéctico en el profundo pensamiento de que la riqueza mas grande de una nación son sus habitantes, mujeres y hombres, considerando que el humanismo va mas allá que la distinción en sexo. C. Marx Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política Escrito: En 1859.Digitalización: Germán Zorba.Esta Edición: Marxists Internet Archive, marzo de 2001. Mis estudios profesionales eran los de jurisprudencia, de la que, sin embargo, sólo me preocupé como disciplina secundaria, junto a la filosofía y la historia. En 1842‑1843, siendo redactor de “Gaceta Renana”[1] me vi por primera vez en el trance difícil de tener que opinar sobre los llamados intereses materiales. Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la parcelación de la propiedad de la tierra, la polémica oficial mantenida entre el señor von Schaper, por entonces gobernador de la provincia renana, y Gaceta Renana acerca de la situación de los campesinos de Mosela y, finalmente, los debates sobre el librecambio y el proteccionismo, fue lo que me movió a ocuparme por primera vez de cuestiones económicas. Por otra parte, en aquellos tiempos en que el buen deseo de “ir adelante” superaba en mucho el conocimiento de la materia, “Gaceta Renana” dejaba traslucir un eco del socialismo y del comunismo francés, tañido de un tenue matiz filosófico. Yo me declaré en contra de ese trabajo de aficionados, pero confesando al mismo tiempo sinceramente, en una controversia con la “Gaceta General” de Ausburgo[2] que mis estudios hasta ese entonces no me permitían aventurar ningún juicio acerca del contenido propiamente dicho de las tendencias francesas. Con tanto mayor deseo aproveché la ilusión de los gerentes de “Gaceta REnana”, quienes creían que suavizando la posición del periódico iban a conseguir que se revocase la sentencia de muerte ya decretada contra él, para retirarme de la escena pública a mi cuarto de estudio. Mi primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho[3], trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los “Anales francoalemanes”[4], que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política. En Bruselas a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot proseguí mis estudios de economía política comenzados en París. El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que , por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana. Federico Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de ideas desde la publicación de su genial bosquejo sobre la crítica de las categorías económicas (en los Deutsch‑Französische Jahrbücher)[5], había llegado por distinto camino (véase su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra) al mismo resultado que yo. Y cuando, en la primavera de 1845, se estableció también en Bruselas, acordamos elaborar en común la contraposición de nuestro punto de vista con el punto de vista ideológico de la filosofía alemana; en realidad, liquidar cuentas con nuestra conciencia filosófica anterior. El propósito fue realizado bajo la forma de una crítica de la filosofía poshegeliana[6]. El manuscrito ‑dos gruesos volúmenes en octavo‑ ya hacía mucho tiempo que había llegado a su sitio de publicación en Westfalia, cuando no enteramos de que nuevas circunstancias imprevistas impedían su publicación. En vista de eso, entregamos el manuscrito a la crítica roedora de los ratones, muy de buen grado, pues nuestro objeto principal: esclarecer nuestras propias ideas, ya había sido logrado. Entre los trabajos dispersos en que por aquel entonces expusimos al público nuestras ideas, bajo unos u otros aspectos, sólo citaré el Manifiesto del Partido Comunista escrito conjuntamente por Engels y por mí, y un Discurso sobre el librecambio, publicado por mí. Los puntos decisivos de nuestra concepción fueron expuestos por primera vez científicamente, aunque sólo en forma polémica, en la obra Miseria de la filosofía, etc., publicada por mí en 1847 y dirigida contra Proudhon. La publicación de un estudio escrito en alemán sobre el Trabajo asalariado[7], en el que recogía las conferencias que había dado acerca de este tema en la Asociación Obrera Alemana de Bruselas[8], que interrumpida por la revolución de febrero, que trajo como consecuencia mi alejamiento forzoso de Bélgica. La publicación de la “Nueva Gaceta Renana” (1848‑1849) y los acontecimientos posteriores interrumpieron mis estudio económicos, que no pude reanudar hasta 1850, en Londres. El enorme material sobre la historia de la economía política acumulado en el British Museum, la posición tan favorable que brinda Londres para la observación de la sociedad burguesa y, finalmente, la nueva etapa de desarrollo en que parecía entrar ésta con el descubrimiento del oro en California y en Australia, me impulsaron a volver a empezar desde el principio, abriéndome paso, de un modo crítico, a través de los nuevos materiales. Estos estudios a veces me llevaban por sí mismos a campos aparentemente alejados y en los que tenía que detenerme durante más o menos tiempo. Pero lo que sobre todo reducía el tiempo de que disponía era la necesidad imperiosa de trabajar para vivir. Mi colaboración desde hace ya ocho años en el primer periódico anglo‑americano, el New York Daily Tribune, me obligaba a desperdigar extraordinariamente mis estudios, ya que sólo en casos excepcionales me dedico a escribir para la prensa correspondencias propiamente dichas. Sin embargo, los artículos sobre los acontecimientos económicos más salientes de Inglaterra y del continente formaba una parte tan importante de mi colaboración, que esto me obligaba a familiarizarme con una serie de detalles de carácter práctico situados fuera de la órbita de la verdadera ciencia de la economía política. Este esbozo sobre la trayectoria de mis estudios en el campo de la economía política tiende simplemente a demostrar que mis ideas, cualquiera que sea el juicio que merezcan, y por mucho que choquen con los prejuicios interesados de las clases dominantes, son el fruto de largos años de concienzuda investigación. Pero en la puerta de la ciencia, como en la del infierno, debiera estamparse esta consigna: Qui si convien lasciare ogni sospetto; Ogni viltá convien che qui sia morta[9] Londres, enero de 1859. Publicado en el libro; Zur Kritik der plitischen Oekonomie von Karl Marx, Erstes Heft, Berlín 1859. "Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo." (XI Tesis sobre Feuerbach, 1845)

KARL MARX "EL CAPITAL"

Marx sólo publicó en vida el primer Libro de El Capital en 1867. Los dos libros restantes, publicados entre 1885 y 1894, fueron editados a partir de los manuscritos de Marx por su amigo y colaborador Friedrich Engels.

Hoy El Capital es mas vigente que nunca, Obama tuvo que estudiar El Capital por la necesidad de la socialización de la economía del país mas rico del Mundo, que está en reseción y las financieras como lo anunció Karl Marx, son el parásito mas grande, la quiebra de las grandes trasnacionales y las finanzas, el desempleo en el país mas rico del planeta ven como un documento que puede servar su economía financiera de los billetes verdes de presidentes muertos.

... por causa de la crisis financiera en los Estados Unidos y Europa. .... Ahora la economía de los EEUU se está socializando. Las elecciones las gano Obama, el mundo espera que la crisis financiera se recupere a la toma de poseción para el próximo año. El fantasma del comunismo recurre el mismo.

"Yo no soy marxista" . En los Monólogos de Karl Marx ( obra de teatro de Moieva), concluye así. "Yo no soy marxista" . Yo soy Karl Marx, soy el pensamiento del futuro. “La alienación religiosa es una alienación de segundo grado. Expresa en forma de teoría justificativa lo absurdo del mundo que la hace nacer.” La alienación religiosa tiene su origen en la alienación económica y no podrá superarse mientras no se supere ésta. “La lucha contra la religión es la lucha contra aquel mundo cuyo aroma espiritual es la religión. […] La miseria religiosa, es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra ella. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.” Karl Marx. Esta máxima de Marx constituye la piedra angular de toda la concepción marxista en la cuestión religiosa. El marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase obrera. A consecuencia del desconocimiento religioso filosófico y el estudio por citas y no entrar a lo profundo de lo que es el marxismo, sobre todo en la juventud de los changuitos sabios, se atreven a oponar aberraciones históricas como por ejemplo esta: "¿Quién dijo: "la religión es el opio de la sociedad"? "En realidad el primero en Decir esta frase fué MAO TSE-TUNG y despues la adopto Karl Marx pero no fue este el primero en decirla tal vez quien la hizo popular pero honor a quien honor merece..." El FABRIS. Marx nace el 5 de mayo de 1818, y Mao Tse Tung nace el 26 de diciembre de 1893 y Marx muere el 14 de marzo de 1883.

F. Engels Discurso ante la tumba de Marx (1883)
TUMBA DE KARL MARX 5 DE MAYO EL DIA QUE EL NACIO LLEGAMOS A PONERLE FLORES. AL DIA SIGUIENTE LE VOLVIERON A PONER LA BOMBA MARX ES ETERNO
Escrito: Discurso pronunciado en inglés por F. Engels en el cementerio de Highgate en Londres, el 17 de marzo de 1883.Primera publicación: En alemán en el Sozialdemokrat del 22 de marzo de 1883.Digitalización: Por José Ángel Sordo para el Marxists Internet Archive, 1999. El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre. Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca. Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas. Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación -y éstos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales. Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el gozo que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionadora en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos. Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera Gaceta del Rin, 1842; Vorwärts* de París, 1844; Gaceta Alemana de Bruselas, 1847; Nueva Gaceta del Rin, 1848-1849; New York Tribune, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació como remate de todo, la gran Asociación Internacional de Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa. Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultra demócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra. Una excepción: condiciones para el desarrollo de la creatividad teórica de Karl Marx. Karl Marx realizó una tesis doctoral titulada: Diferencia de la filosofía de la naturaleza en Demócrito y en Epicuro (escrita entre 1839-1841). En ella estudió las diferentes concepciones del materialismo en la Grecia antigua y clásica, pero la expulsión de Bruno Bauer de la docencia universitaria, acusado de ateísmo, hizo que Marx renunciase a la idea de dedicarse a la enseñanza universitaria. Hubiese sido Marx un feliz burgués, profesor de universidad del naciente mundo bismarckiano, con sólo haberse convertido en hegeliano de derechas, en lugar de hegeliano de izquierdas y haber dedicado su talento teórico a apuntalar el sistema de dominación vigente, entrando en nómina como intelectual orgánico del Estado prusiano. Pero la presión del chantaje económico, social, ideológico y moral que cada sociedad dominante ejerce sobre sus individuos no consiguió torcer ni doblegar su convicción de que la tarea del pensador estaba por encima de su propio bienestar particular y que dicha tarea consistía -como indico Michel Foucault- en oponerse a la dominación en todo lugar en el que ésta se ejerciese. Marx dio mucho más a la sociedad de lo que recibió de ella, pues pese a que trabajó afanosamente siempre -su vasta obra es buena prueba de ello- nunca ganaría lo suficiente para mantener dignamente a su familia. La penuria, la miseria y la marginación, son el elevado premio que las sociedades dominantes en cada época otorgan a los intelectuales cuyo compromiso teórico y político les fuerza a ejercer la oposición. Marx fue un traidor a su clase social, ya que nació y se formó como un burgués para mostrar luego las hipocresías de la clase dominante a la que pertenecía por nacimiento y tomar partido por el socialismo. En una época de su vida quiso trabajar como vigilante de estación ferroviaria, labor que pensaba, le permitiría llevar adelante sus trabajos intelectuales y sus actividades políticas, pero su solicitud fue rechazada por “mala caligrafía”, aduciéndose como motivo de rechazo que “su letra era ilegible”. Durante las tres décadas que vivirá en Londres, deberá aceptar, repetidamente, la ayuda de Engels para poder subsistir. Durante los años 50 se agudizaría la miseria en la que vivió a menudo la familia Marx que, compuesta en ese momento de seis miembros, vivían en dos habitaciones de la Dean Street de Londres. En tal periodo nació su hija Franciska, que murió en medio de unas condiciones de vida lamentables (y también habría de morir a lo largo del año 1851 su hijo Edgar), su esposa, Jenny Marx, describirá la muerte de su hija un tiempo después, lo que da una imagen de las condiciones de vida en las que se encontraron: “Estábamos con los otros tres pequeños, y nosotros llorábamos por aquél angelito que yacía a nuestro lado yerto y pálido. La muerte de nuestra querida hija acaeció en el periodo de más amarga pobreza. Yo me encaminé corriendo a casa de un refugiado francés que vivía cerca, y que no hacía mucho nos había visitado. Él con gran amabilidad me dio en el mismo momento dos libras esterlinas. Con ellas compré el diminuto ataúd en el que ahora duerme en paz mi pobre niña”. En cuanto pensador que se opuso al sistema dominante de su tiempo el propio Marx (que tiene esto en común con Nietzsche y con Freud) demuestra y es prueba manifiesta de que incluso en condiciones desfavorables y a pesar de una sociedad que la impide y dificulta en lugar de promoverla, la labor filosófica es posible, al igual que la artística. Desde luego que no es imprescindible morirse de hambre para quedar moralmente incontaminado ya que ha de ser posible aunque sea difícil inserirse en el sistema sin traicionarse y transformarlo quizá desde dentro. El escritor ha de ganarse la vida para poder vivir y escribir, pero no debe en ningún caso vivir y escribir para ganar dinero y prebendas del sistema. En esa dialéctica entre la participación en el poder y la actuación al margen de las instituciones vigentes, Marx hubo de optar por el trabajo desde fuera, en el afuera, en los entonces estrechos márgenes y en las condiciones desfavorables del socialismo emergente. Cuando el Tribunal Bertrand Rusell me rescató para que no fuera asesinado, el Comité de recepción en Londres estaba formado por los Beatles que en ese tiempo 1964 apenas era un grupo que cantaba en la academia. Ahí llevé a John Lennon al cementerio de Highgate en Londres, a partir de este encuentro con Karl Marx, John Lennon escribió la canción Poder Para el Pueblo.
COMPAÑERA: EL SILENCIO TU AMOR ES LA LIBERTAD ES TERNURA DEL ABANDONO. SUBVERSIVA. MOIEVA John Lennon 8/XII/89 MOIEVA John Lennon canta en mi alma Olvidando la letra del odio de la rabia Herido de muerte cae en Central Park New York está de luto en Central Park Luces de sirenas gritos y sollozos rabia En medio de la multitud que llora Nadie sabe que el estúpido asesino Nació para matar el amor cotidiano Olor de sándalo, de pachuli en la bruma de Central Park Nido de palomas de la Paz de Lennon... ...Hoy es un año mas hoy es "Yesterday" .... y ayer fue 8 de diciembre en que las flores cayeron sobre John Lennon "Yesterday" ... y ayer John Lennon hoy fue "Yesterday" ...y ayer recordé a John Lennon en mi canción en el patio de la Feria del Libro vendiendo mi poema de la Luna Llena Hoy es "Yesterday" y ayer es hoy ... y por siempre será John Lennon SOBRE EL MANTEL ROJO AL ROJO VIVO EL VINO TINTO EN ROJO AL ROJO EN UN BRINDIS DE VAGABUNDO CALLEJERO NOCTAMBULO BOHEMIO NOCTURNO POETARIO TRASGO POLISON DE LA NAVE DE LOS DUENDES UNA LÁGRIMA DE SANGRE UNA GOTA EL ROJO UN DIJE SOBRE LA FLOR DE SAKURA UNA FLOR DE LOTO EN EL ESTANQUE EN UNA NOCHE NEGRA, FRIA AL ROJO EN QUE EL LLANTO ANUDO MI GARGANTA ESTRANGULANDO EL GRITO EL SILENCIO EN UNA NOCHE DE UN DIA... QUE FUE... "LA NOCHE DE UN DIA DIFICIL" DIFICIL DIA DE AQUELLA NOCHE DIFICIL EN QUE AL DESPERTAR EL DIA EN EL MUNDO MI MUNDO VUESTRO MUNDO NUESTRO MUNDO DEJO DE EXISTIR JOHN LENNON NUESTRO PLANETA AZUL FUE LA NOTICIA DEL DIA En que el llanto se volvió lágrima Con eco de multitud del aplauso póstumo de aquel día difícil de yo muero en el lamento de Yoko Ono en llanto en el llanto de todos los amigos de John Lennon ... y hoy que ya es "Yesterday" cuando Lennon flotó en Central Park al infinito de aquel día cuando lloré a John Lennon Moisés Evaristo Orozco Leal moieva "PODER PARA EL PUEBLO" "Poder para el pueblo... Poder para el pueblo ahora mismo. Digamos que queremos una revolución Mejor. Que la empecemos ahora mismo Ponte en marcha, a la calle, en la urbe Cantando:...PODER PARA EL PUEBLO... Un millón de trabajadores y obreros Trabajando para nada mejor darle lo que realmente es suyo Vamos a echarles abajo, cuando entremos en la ciudad Cantando: PODER PARA EL PUEBLO Tengo que preguntarte camaradas, compañeros y hermanos cómo tratan a sus propias mujeres tu pareja, tu compañera y tu hermana cuando vuelves a casa ella tiene que ser ella misma así tu podras, liberarte, liberarnos. John Lennon *Esta versión es la versión de John Lennon que surgió cuando lo llevé a visitar la tumba de Karl Marx y le hice leer el Manifiesto de los Comunistas. Tumba de Carlos Marx. Marx está enterrado en el cementerio de Highgate, en Londres. Le conté quién era él, y le dije que cada 5 de mayo era dinamitada la tumba de Marx donde estaba acompañando a Jenny Von Westphalen su esposa, de ahí él tomó datos y después escribió unas cosas, ese mismo día le entregué mis poesías de niño y le dije que si algún día podía superar mis poemas de "Que Caray y Que carajo", e hizo "Imagina" con mis poemas. En una película de John Lennon aparezco acompañándolo en su residencia platicando, cuando llega un miserable a quejarse del sistema y acusar a John Lennon y a la vez a mí que nosotros éramos responsables porque solo hacíamos poemas "déjalo que se vaya, es un paria, algún día cantará tu canción y la mía". La última vez que pasé por New York, bajé por el aeropuerto John F . Kennedy el de "La Alianza para el Progreso" de ellos y el empobrecimiento de nosotros, y por coincidencia ese día estaban abiertas las aduanas para los indeseables como yo, y no era una trampa, era un truco porque las Naciones Unidas vigilaban sobre el derecho de tránsito que teníamos en New York todos los latinos. Fue la última vez que visité N.Y. y el Edifico Dakota. Los lentes que usaba John Lennon eran míos, porque ese día me los quité y le dije "ponte mis anteojos cabron, para que veas el mundo como yo lo veo, no seas fresa, para que veas el mundo como yo lo veo de rojo y negro de anarquía". La única foto que tengo de él es un cartel con mis lentes. A él lo asesinaron porque los anarquistas lo habíamos postulado como candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Esta versión muy poca gente la sabe. Y la CIA contrató a un cabron que está pudriéndose en la cárcel, pero a cambio de eso su familia vive en Hawai en grandes residencias y con todos los lujos para toda su vida, e incluso tienen un programa de la CIA de los que dan de protección para los que les sirven de sicarios, o de testigos protegidos. Este cerote de mierda incluso escribe cartas y documentos que le publica la prensa embrutecida de los Estados Unidos y otros medios kuklusklanescos y proto nazis como un símbolo para destruir a los anarquistas, como una limpia religiosa y un rifle sanitario, por eso le pagaron a este asesino Mark Chapman. La versión de los hechos publicados en New York cubren el verdadero delito cometido contra John Lennon, tras de esto se cometieron una serie de asesinatos que no se dieron a la luz pública de toda una serie de anarquistas como la conspiración de Sacco y Vanzetti, pero nada más que sin silla eléctrica. Coincide el nacimiento de John Lennon con la muerte del CHE Guevara, sólo por fecha, el 8 de octubre. Estos dos personajes a los que estuve ligado y que me salvaron la vida cuando estuve en la “tigrera” cuatro meses siendo torturado, tres meses de tortura física y uno de tortura psíquica. La muerte no es para mañana aunque haya sido el día de muertos. Yo llegaré al Zompantli con mi perro, con el espíritu de Xibalbá acompañado del Cadejo. Ese gran perro Rotweiler caza hombres, entrenado en Alemania, para matar a los guerrilleros que, formó parte de cuatro mil perros que Von Spreti consiguió como ayuda para el ejército y los batallones de kaibiles que nunca pudieron derrotarnos, nos exterminaron, pero quedamos vivos. 1000 Rotweiler, 1000 pastores alemanes, 1000 perro policía alemanes, 1000 doverman. Y nos quedamos viendo frente a frente, nos gruñimos, chascamos los dientes, le di un pedazo de carne seca que tenía en la boca, la escupí, se acercó, y mordió el pedazo de hueso y movió la colita que le habían arrancado torturándolo para hacerlo enemigo del hombre. Así nació un gran amor y ese fue el Cadejo de Xibalbá que partió desde las Cumbres del Chol, llegó hasta Petén acompañándome, bajamos por Sayakché y caminamos por Huehuetenango Xibalbá y el Cadejo, llegamos hasta las faldas del Tajomulco allá en Solhuitz Entre Cerros y de ahí... yo soy tu camarada, soy tu tomadachi, soy tu compañero, y lo único que nos une es la sangre tan roja como la que han derramado y el negro y el luto de mi bandera roja y negra de anarquista. El azul desteñido de mi bandera de guatemalteco, cada día es más pálida porque el sol de su oro, de su púlpito la ha ido destiñendo, ese azul bandera de infinito y el blanco del infinito de los cúmulos sólo vuela como los barriletes que toman el cielo en camino a los encuentros desde antes de lo que vos te imaginás. Ahí vi yo un gran barrilete que lo lanzaban al viento con la proclama "A VENCER O MORIR POR GUATEMALA" y decían los patojos, es el único camino que nos han dejado, y dijimos nosotros cuando éramos patojos y proclamamos "A VENCER O MORIR POR GUATEMALA como único camino que nos dejaron las dictaduras militares. Saludos Moy. Moievazen

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